Colombia es una de las economías más atractivas de América Latina para el comercio internacional y la inversión extranjera. Sin embargo, la complejidad del entorno empresarial obliga a los inversores a afrontar desafíos en materia fiscal, contable, de cumplimiento normativo y de normativa cambiaria.
La ubicación privilegiada de Colombia, cerca del Canal de Panamá, lo convierte en un país de entrada a una amplia variedad de mercados. Une América del Norte y América del Sur y es el único país del continente con acceso a los océanos Pacífico y Atlántico. A través de su red de acuerdos comerciales con más de 60 países, Colombia tiene acceso a un mercado de 1.500 millones de consumidores en EE. UU., la UE y Mercosur.
Colombia es miembro de la Alianza del Pacífico, un bloque comercial latinoamericano que incluye a Perú, México y Chile. La Alianza pretende aumentar la competitividad integrando las economías de sus miembros y permitiendo la libre circulación de capitales, bienes, personas y servicios. Representa el 50 % del comercio total y atrae el 45 % de la inversión extranjera directa (IED) en América Latina y el Caribe.
Colombia también es miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). El país fue acogido en este foro en 2020 tras estandarizar procesos y ajustar la legislación a los estándares de la OCDE para fomentar la IED, el comercio y las relaciones internacionales.
A pesar de estas numerosas ventajas, el Índice Global de Complejidad Corporativa (GBCI) 2024 de TMF Group clasificó a Colombia en el tercer lugar de 79 jurisdicciones por la complejidad de su entorno empresarial, lo que la convierte en la tercera jurisdicción más compleja del mundo.
Estos son los 10 desafíos principales al hacer negocios en Colombia:
1. Complejidad regulatoria y fiscal
El marco normativo de Colombia es complejo y las leyes y reglamentos se modifican con frecuencia. Las recientes reformas de las leyes tributaria, laboral y de pensiones pretenden abordar las desigualdades sociales generalizadas en todo el país. Por ejemplo, la reforma tributaria de 2022 permite al gobierno recaudar 3.900 millones de dólares adicionales en impuestos al año mediante el aumento de los impuestos sólo para las rentas altas, así como mediante la lucha contra la evasión fiscal de las empresas. El objetivo de esta reforma fiscal es aumentar el porcentaje de los ingresos fiscales en comparación con el PIB del 13,5 % al 15 %. Aunque estas reformas tienen beneficios a largo plazo, añaden complejidad a corto plazo, lo que probablemente afectará a las previsiones financieras. Para sortear adecuadamente estos cambios, las empresas que hacen negocios en Colombia deben mantenerse adaptables y bien informadas.
2. Comercio internacional y burocracia
Colombia ha progresado en el comercio internacional gracias al Acuerdo de Promoción Comercial entre Colombia y Estados Unidos y a la Alianza del Pacífico. Sin embargo, el país tiene un historial de procesos burocráticos complicados e impredecibles, incluida la falta de claridad en torno a las leyes aduaneras y los requisitos reglamentarios que pueden obstaculizar las actividades empresariales. A pesar de los esfuerzos por optimizar estos procesos, es probable que las empresas se enfrenten a un aumento de la complejidad de los procedimientos durante el periodo transitorio. Mantenerse al día de la normativa comercial y cultivar lazos sólidos con los socios comerciales es vital para la eficacia de las operaciones empresariales.
3. Cuestiones en materia de seguridad
La seguridad en Colombia es una de las principales preocupaciones. A pesar de los importantes esfuerzos realizados y de algunos éxitos conseguidos en la última década, varias regiones siguen sufriendo agitación política y amenazas a la seguridad por parte de grupos delictivos. Las empresas que hacen negocios en Colombia deben tener en cuenta las medidas de seguridad y conocer bien sus zonas de operaciones para proteger la seguridad de sus actividades y de su personal.
4. Corrupción
La lucha contra la corrupción es una prioridad absoluta en Colombia. Según el Índice de Percepción de la Corrupción 2022 de Transparencia Internacional, Colombia ocupa el puesto 87 de 180 países, lo que indica que los problemas persisten. Las empresas deben aplicar políticas éticas y llevar a cabo una amplia diligencia debida para reducir los peligros relacionados con la corrupción. Esto incluye adherirse a la legislación contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, así como establecer políticas contra el soborno y la corrupción.
5. Deficiencias en infraestructura
El desarrollo de la infraestructura es un punto clave, con grandes inversiones previstas para un futuro próximo. Colombia ha iniciado el programa de infraestructura de cuarta generación (4G), con planes para invertir 24.000 millones de dólares en carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos. Sin embargo, persisten los obstáculos logísticos, sobre todo en las zonas situadas más allá de los grandes centros urbanos. La planificación estratégica y las alianzas locales pueden ayudar a las empresas a abordar los problemas de infraestructura y optimizar el funcionamiento.
6. Acceso al financiamiento
Uno de los principales objetivos de Colombia es facilitar a las PYME la obtención de financiación. Aunque el 87 % de los colombianos están incluidos financieramente, las PYME siguen teniendo problemas para conseguir capital. Para apoyar estos esfuerzos, las empresas deben establecer vínculos sólidos con las instituciones financieras e investigar diversas opciones de financiación.
7. Escasez de personal calificado
Colombia ha dado pasos positivos para hacer accesible la educación y elevar el nivel educativo, pero las disparidades entre regiones y grupos de renta hacen que el sistema siga favoreciendo a los centros urbanos ricos. Aunque el país tiene actualmente una tasa de alfabetización del 94,6 %, la falta de formación profesional dificulta a las empresas localizar y retener a trabajadores calificados. Para cerrar esta brecha y garantizar una mano de obra calificada, las empresas que hacen negocios en Colombia deberían considerar la posibilidad de invertir en programas de formación y desarrollo para mejorar las calificaciones de los posibles trabajadores locales.
8. Barreras culturales e idiomáticas
Si bien el español es el idioma principal, los colombianos son cada vez más conscientes de la necesidad de hablar inglés a medida que los entornos comerciales se vuelven más multinacionales. Los negociadores pueden encontrarse con que los nuevos clientes o socios podrán y estarán encantados de hablar algo de inglés. Sin embargo, el inglés no se habla a un nivel muy alto, por lo que a veces es aconsejable contar con un traductor para los acuerdos comerciales y el papeleo.
En general, los colombianos son personas extrovertidas y acogedoras que harán todo lo posible para que se sienta como en casa. Las relaciones comerciales suelen ser amistosas, pero las formalidades son habituales.
9. Volatilidad económica
Los mercados mundiales de materias primas repercuten en la economía colombiana y las políticas en constante cambio pueden complicar aún más las cosas. Se calcula que el país aumentará su PIB un 1,4 % en 2024, pero los cambios en los precios del petróleo y las condiciones económicas exteriores siguen suponiendo una amenaza para la estabilidad económica. Las empresas deben estar atentas a los datos económicos y planificar la volatilidad.
10. Cumplimiento de contratos y estabilidad
El cumplimiento de los contratos en Colombia puede resultar difícil debido al retraso del sistema judicial. Resolver una disputa comercial lleva una media de 1.288 días, mucho más que la media de la OCDE de 590 días, según el informe Doing Business 2020 del Banco Mundial. Algunas de estas dificultades pueden reducirse asegurándose de que los contratos tengan cláusulas claras y recurriendo a un asesor jurídico.
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